
"Ninguna época ha sabido tantas y tan diversas
cosas del hombre como la nuestra. Pero en verdad, nunca se ha sabido menos qué
es el hombre"
Martin
Heidegger nació el 26 de Septiembre de 1889 en Messhirch, Alemania. Heidegger
muere el 26 de Mayo de 1976 en Friburgo. Sus restos descansan en el pequeño
cementerio de su ciudad natal, en Messkirch.

Un
filósofo que influye poderosamente, en el razonamiento de Heidegger, fue su
maestro Edmund Husserl de quien toma el método fenomenológico para sus
análisis. El método fenomenológico se
postula en el principio de volver a las
cosas mismas, es decir, frente a todo tipo de cuestiones sólo aparentes y
nada rigurosas.
Su
obra más relevante se titula “EL SER Y EL TIEMPO”, publicada en Febrero de
1927. Es una obra dedicada al análisis del ser ahí o del hombre, cabe señalar
que esta investigación solo llego a salir la primera parte ya que los
resultados obtenidos en ella impedían tratar la segunda que retomaría el
problema del SER EN GENERAL, el verdadero punto de la filosofía de
heideggeriana.
El
interés primordial de Heidegger en el Ser y el tiempo, según decía, no es la
existencia humana sino el sentido del ser
en general, del cual depende el ser que se está haciendo en el tiempo.
También es por esto que propiamente no se le considera como un existencialista.

Heidegger
le confiere a la filosofía un dominio propio de investigación del ser del siendo, a cual las ciencias
quedan confinadas solo al estudio del siendo.
Heidegger le confiere a la filosofía un dominio propio de investigación del ser del siendo, a cual las ciencias quedan confinadas solo al estudio del siendo.
El dasein, que en alemán significa “el ser ahí”, no se le considera una característica o predicado de algo, sino
su propio ser, esto significa que la naturaleza del dasein consiste en su existencia y no lo aprehendido o conocido mediante categorías o conceptos, sino por medio de; “estar en el mundo”, “arrojado a la existencia”. El hombre o dasein no es el ser, sino el medio a través del cual se da o se abre el ser, así el hombre es el “pastor del ser”.
Heidegger distingue dos modos de existencias:
Existencia inauténtica: el dasein se da olvido a la profunda tragedia de la existencia, se involucra en la vida cotidiana donde predomina el uno: “el se”, en las formas del “se ve”, “se dice”, etc. Se deja llevar por la trivialidad de las relaciones sociales o de los placeres estéticos, que delatan una existencia meramente superficial del ente.
Existencia auténtica: aquí resultan muy importantes las vivencias de la nada y la angustia. Gracias a la angustia captamos que la nada tiene un sentido y que en alguna forma está presente, es una vivencia que nos
permite percatarnos de la muerte como parte sustantiva de nuestro ser (ser para la muerte).
La muerte es la posibilidad más autentica de la existencia, ya que la autenticidad residente lo más peculiar del hombre, algo que no se puede evitar o ignorar simplemente, el ser para la muerte es parte esencial del dasein en la existencia autentica.

El dasein, que en alemán significa “el ser ahí”, no se le considera una característica o predicado de algo, sino
su propio ser, esto significa que la naturaleza del dasein consiste en su existencia y no lo aprehendido o conocido mediante categorías o conceptos, sino por medio de; “estar en el mundo”, “arrojado a la existencia”. El hombre o dasein no es el ser, sino el medio a través del cual se da o se abre el ser, así el hombre es el “pastor del ser”.
Heidegger distingue dos modos de existencias:

Existencia auténtica: aquí resultan muy importantes las vivencias de la nada y la angustia. Gracias a la angustia captamos que la nada tiene un sentido y que en alguna forma está presente, es una vivencia que nos

La muerte es la posibilidad más autentica de la existencia, ya que la autenticidad residente lo más peculiar del hombre, algo que no se puede evitar o ignorar simplemente, el ser para la muerte es parte esencial del dasein en la existencia autentica.
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