La modernidad empezó a gestarse después de la Edad Media. El punto de partido suele ser el Renacimiento que tuvo su foco en Italia de los siglos XV y XVI, época en la cual surgió la ciencia moderna. En el siglo XVIII, siglo del "iluminismo" La modernidad llega a un momento culminante. El proyecto ilustrado que marca las pautas de la modernidad se proponía, ante todo:
- Desarrollar una ciencia objetiva que minimizara el poder de la magia, la superstición y la religión.
- Impulsar una moralidad cuyos principios éticos estuvieran cifrados en la libertad, la fraternidad, la igualdad y la justicia.
- Proporcionar una fe en leyes universales como fundamento no sólo de la moral sino también de la política, el arte y la filosofía.
- Contribuir a la acumulación enciclopédica del conocimiento y de la cultura.
- Realizar la secularización de la política con respecto a la época feudal en la cual se encontraba supeditada a la religión o teología.
- Concebir la historia como un proceso lineal y ascendente.
Esta racionalidad, esta fe en el progreso material y técnico ha entrado en crisis desde la perspectiva de los filósofos llamados "pos-modernos". Surgió en los años 30 del siglo XX. La posmodernidad entraña una desconfianza, un desencanto de la modernidad con todos sus principios, sus ideales y sus utopías.
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